viernes, 22 de abril de 2011

XI Carrera Popular de Casas Ibáñez, 16 de Abril de 2011

       Siete fuimos los miembros del club (más bien seis, porque el tal Estanislao que aparece en las clasificaciones con nuestro club todavía no sabemos quién es) que nos acercamos a la vecina localidad de Casas Ibañez para “disfrutar” de una casi perfecta tarde de carreras populares. Sí, fue casi perfecta porque no hacía calor, cielo nublado, espaciosos lugares habilitados para calentar y recoger los dorsales y mucha animación.

       Casi perfecta de no ser porque soplaba un ligero viento que aconsejaba ir en grupo, también por la peligrosa bajada al río Cabriel y lo que ya terminaba de fastidiar la tarde y con lo que no contábamos los primerizos fue la cuesta de “La Tola”. Se asemejaba mucho a la subida de Bienservida, una cuesta de la que nadie comentó su dureza en la salida. Algo dijeron de una cuestecilla en el km 8, pero vale… una más… no va haber problemas, se sube y punto. Una cuesta que a los novatos se nos atragantó. Zigzagueaba entre pinos con una fuerte pendiente que cuando ya creías superada, volvía a resurgir tras la curva con otra cuesta peor que la anterior y así durante más de un kilómetro y aunque los ánimos del público eran muchos se hacía interminable. Y cuando ya por fin llegamos al final, allí estaba un fotógrafo para sacar las peores caras de sufrimiento que podíamos tener porque era imposible poner una buena cara para la foto, imposible. No creo que sacara una buena foto.
     
       Muchos fueron los corredores que se desfondaron en este tramo y que tuvieron que afrontarlo andando porque la inclinación así lo aconsejaba y a los que los últimos 6 km se les hicieron interminables porque aunque  Casas Ibañez  se veía a lo lejos todavía quedaban ligeras subidas hasta la meta.
     
       Y por fín la meta, que gozo, después de 15,3 km casi interminables y que me hicieron entender porque, con mucha razón, tenía la categoría de carrera de montaña.

       Una de las anécdotas se produjo cuando en uno de los avituallamientos a uno de los chavales que allí estaba repartiendo agua se le fue la “pinza” y tiró una botella llena de agua a un grupo de corredores que pasaba en ese momento haciendo blanco en la cabeza de uno de ellos. Éste, se dio la vuelta y maldijo y maldijo, acordándose de todos los familiares del chaval pero siguió corriendo. Si esto hubiera pasado al mismo subir La Tola la hostia no se la quita al niñato ni la madre que lo parió.

       La plaza de toros fue el lugar elegido por los organizadores para dar la puntilla a la carrera y recuperarnos del esfuerzo. Tras habernos hidratado bien a base de cerveza, zumos y helados, tras la charleta post-carrera y los correspondientes estiramientos  nos volvimos a Valdeganga con la ya cercana carrera de nuestro pueblo en mente porque será la siguiente en nuestro calendario y en la que no queremos faltar ninguno.

Miguel A. Abellán 

Clasificaciones de nuestros atletas:

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